¿Axiología? ¡Ah! Teoría de la Moral...


En la Filosofía, una de las disciplinas más atractivas para un servidor es la axiología. Conocida, por los colegas, como la ciencia que se ocupa de analizar los valores. Empecemos por: ¿Qué es un valor? Una cualidad ideal. Desde esa postura, posiblemente nos vengan a la mente infinidad de ejemplos en torno a esta definición. Si es así, estamos bien; si no es así...también. Una cualidad ideal puede ser desde la atribución de un adjetivo memorable a un objetivo, hasta simplemente una característica. 
   Con infinidad de contextos (teológico, filosófico, sociológico, jurídico, etc...) este concepto ha tenido múltiples interpretaciones y miramientos a través del tiempo. No es sería sensato preguntar cuál es el correcto, adecuado o verdadero, porque la respuesta es: todos... o ninguno. La respuesta siempre residirá en el contexto* y por tal motivo tratar de obtener una definición concisa es sencillamente un camino imposible. 
    En otras palabras, encontrar una solución es casi imposible, pero una aplicación es un camino viable. Una cualidad ideal es, muchas veces, un proceso abstracto de asociación, donde pensamos que un sustantivo (persona u objeto) posee un carácter especial para nosotros, y por eso es especial. Desde el amor de nuestra vida, hasta un objeto que nos resultó beneficioso...o benéfico. Lo primero refiere a lo que hace bien, lo segundo a lo que es útil. Simple. 
    El problema del valor -axiología como disciplina filosófica-, es cómo resolver la medida del valor, con qué asociarlo y de qué forma podemos medirlo con otros valores, suponiendo que sean miles. En la moral y la ética, pensar en valores no es difícil (honestidad, valentía, sinceridad, compañerismo, solidaridad, humildad, rectitud, etc...), pero en otros campos, como lo es el guionismo, el concepto de valor adquiere una connotación más pragmática, más <de uso>, más sobre las condiciones sociales de una persona, porque al final, por el asunto del entretenimiento, un guión narra una historia, o más correctamente, una metáfora de la vida
  ...Regresando... el concepto de valor no es estático, no es fijo, cambia según la circunstancia. Esto se debe a la misma razón por la que nuestras percepciones siempre están supeditadas a cambios físicos, psicológicos o sociales. Damos pie al relativismo, o más allá al subjetivismo. Pero he aquí una paradoja: Si la axiología posee cierto carácter relativo ¿cómo, entonces, puede sustentarse? No habría manera. ¿Por qué? Por la capacidad de juicio, y no en el sentido de afirmación o negación, sino en el de que si todo es según la circunstancia, la forma o proceso en que yo dé valor a algo, podría ser nula para alguien más, mejor, peor...o qué sé yo. En este sentido ¿puede haber siquiera espacio para construir una axiología competente a nuestros principios básicos?
   Dejando de lado el asunto de "Es bueno/malo", más bien nos encontramos con una situación en la que es prioritario pensar "¿Qué valor tiene esto para mí? ¿De qué tipo sería? ¿Puede combinarse con otros?". Un obsequio, un balón, una pluma, una carta, una acción dedicada, una declamación, una propuesta ¡hay tantos ejemplos de valor relativo!

    La axiología es una disciplina filosófica muy interesante, profunda, rica y muy antigua. Surge del análisis ¿qué son los valores?, porque si hay un error que no debemos cometer, es pensar que "valor" y "prioridad" son lo mismo. Están relacionados, sí, pero no son sinónimos. Jamás lo han sido. Pueden ser, eso sí, concomitantes. Rica en análisis, es una de las artes filosóficas más retadoras; la abordé en mi tesina, desde la perspectiva que englobó lo teológico, filosófico, literario, sociológico, psicológico y mucho más. Es una suerte tener tal ciencia con nosotros. 



* Dónde o cómo se da una situación, historia o tema. 

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